Las cosas de Iván Federico

Átomo perdido en la llanura, que me nombró el poeta, nací sin querer y moriré sin poder evitarlo.

вторник, 21 декабря 2010 г.

La pulga. John Donne.

The flea
John Donne (1572-1631)

Marke but this flea, and marke in this,
How little that which thou deny’st me is;
It suck’d me first, and now sucks thee,
And in this flea, our two bloods mingled bee;
Thou know’st that this cannot be said
A sinne, nor shame, nor losse of maidenhead,
Yet this enjoys before it wooe,
And pamper’d swells with one blood made of two,
And this, alas, is more than wee would doe.

Oh stay, three lives in one flea spare,
Where wee almost, yea more than maryed are.
This flea is you and I, and this
Our mariage bed, and mariage temple is;
Though parents grudge, and you, w’are met,
And cloystered in these living walls of Jet.
Though use make you apt to kill mee,
Let not to that, selfe murder added bee,
And sacrilege, three sinnes in killing three.

Cruell and sodaine, hast thou since
Purpled thy naile, in blood of innocence?
Wherein could this flea guilty bee,
Except in that drop which it suckt from thee?
Yet thou triumph’st, and saist that thou
Find’st not thy selfe, nor mee the weaker now;
’Tis true, then learne how false, feares bee;
Just so much honor, when thou yeeld’st to mee,
Will wast, as this flea’s death tooke life from thee.


La casa de John Donne



La pulga


Mira esta pulga, y mira cuán pequeño
es el favor que tú, cruel, me rehúsas;
me picó a mí primero; luego, a ti.
Y en esta pulga tu sangre y la mía
se han confundido; ¿puede declararse
que hay en tal hecho pecado, vergüenza,
o pérdida de la virginidad?
Pero este insecto disfruta,
sin matrimonio, y el muy consentido
con nuestras sangres se atiborra. En cambio
tal cosa no se nos es permitida a nosotros.

Detente, no la mates salva nuestras
tres vidas perdonando a este insectillo,
en quien nosotros casi nos casamos:
sirva esta pulga de lecho nupcial, sea templo
de nuestras bodas, por mucho que gruñan
tus padres y tú, ya ha sido consumado
adentro de este insecto nuestra unión.
Por más que matarme, mi amor, acostumbres,
no añadas suicidio a ese crimen,
ni sacrilegio, tres faltas en una.

Cruel, despiadada, ¿has manchado tus manos
con sangre inocente? ¿Qué culpa
puede esta pulga haber tenido, excepto
la gota que sustrajo de tus venas?
Pero sobreviviste al robo, y me señalas
que tú ni yo menos vivos estamos;
ello es verdad: ¿no te parece entonces
que falsos son tus miedos?, si te entregas
a mí tanto honor perderás como vida
con la picada de pulga perdiste.

Versión de Fernando Pérez


La cara de John Donne

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