Las cosas de Iván Federico

Átomo perdido en la llanura, que me nombró el poeta, nací sin querer y moriré sin poder evitarlo.

четверг, 4 августа 2011 г.

Old shit

Decidí con diez y seis años ser un adulto.
A los veinte ya me aburría el creer saberlo todo:
me hice místico.
Pero a los veinte y dos ya no creía en el alma y sentí
deshacerse el misticismo hasta que a los veinte y tres
una absurda experiencia sexual me la devolvió, aun limpita como la perdí.
A esa edad recuperé mi alma pero ya no me hacía falta creer en ella
puesto que andaba de nuevo enamorado.

Fue un día a los veinte20 y cinco5 cuando supe que ya nada quedaba de ese nuevo amor.
No habían sabiduría ni misticismos. Ese día ya del alma no sabía nada.
¿Estaba?
Puede.
¿No estaba?
Es posible.
Aunque se gestaban nuevas energías, vigorosas, y lo cierto es que no sabía dónde se gestaban.
¿En el alma?
Nadie lo sabe. Pero Nadie ya no me cogía el teléfono porque la había exprimido como a un zumo
de dinero con mis deudas, mis vicios o mis largas ausencias conscientes.
El problema verdadero, aparte de que perdí a Nadie es que una noche a los veinte y cinco conocí al diablo.
¡Al fin! ¡Llevaba esperándolo toda la vida!
Pero no encontré un alma que ofrecerle...

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